La lengua geográfica se caracteriza por lesiones benignas, o placas, que pueden materializarse repentinamente en la superficie superior de la lengua. La afección recibe ese nombre debido a la apariencia física de las lesiones, que aparentan ser islas rojas y lisas, posiblemente con el borde blanco. Son lisas debido a la ausencia de las pequeñas protuberancias o “papilas” que normalmente cubren toda la superficie de la lengua. Esas variaciones en color y textura dan a la lengua el aspecto de un mapa.
El dibujo que se forma en la lengua parece cambiar todos los días por el movimiento aparente de las lesiones, pero en realidad sanan en un lugar y vuelven a aparecer en otro. Por eso el término médico de esta afección es glositis migratoria benigna. Su apariencia puede impresionar, pero no pone en riesgo la salud.
Para aliviar las molestias que produce pueden utilizarse analgésicos de venta libre; enjuagues bucales con anestésicos, antihistamínicos o esteroides; y evitar ciertos irritantes como el tabaco, el alcohol y las comidas condimentadas, saladas o ácidas.
Nadie sabe exactamente qué causa la lengua geográfica. Algunos factores que podrían influir son la deficiencia de vitamina B, irritación por el alcohol o comidas condimentadas, y la genética.
Este problema se puede diagnosticar simplemente con una revisión de la lengua; por lo general no se necesitan análisis de laboratorio. La lengua geográfica suele resolverse sin necesidad de tratamiento, pero debe consultar a un profesional dental si observa algún cambio en la apariencia de su lengua.